Cultivo
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CULTIVO
Del latín cultūra (“cultivo”),
esto de cultus (“cultivado”),
y esta de colere (“cultivar”).
Exposición de acuerdo y participación comunitaria de la
DEPÓSITO DE SEMILLAS DE TECHOTIBA
La palabra “cultura”, que se utiliza tanto a diario, se refería inicialmente al cuidado de los campos y el ganado. A finales del siglo XIII, se usó para nombrar las tierras cultivadas. A principios del siglo XVI, el término cultura pasó a designar una acción: cultivar la tierra. A mediados del siglo XVI, adquirió su significado metafórico, la cultura ya no era el resultado del cultivo de la tierra, sino que simbolizaba la acción de cultivar alguna facultad intelectual, cultivar el conocimiento, cultivar el espíritu.
Si consideramos por un momento el desarrollo del concepto de cultura, y especialmente la fértil metáfora que, desde la Ilustración (desde finales del siglo XVII), nos hace seres racionales y civilizados, es evidente que debemos profundizar en lo que nos hace “cultos” o “incultos” hoy en día. Llevar la cultura a sus raíces etimológicas nos permite pensar en lo que se cultiva y en cómo afecta a nuestra tierra cultivada y al cuidado de los campos, porque eso es tan físico y terrenal, que al final se refleja en ese cultivo del espíritu que asumimos, desde el Siglo de las Luces, lucha contra la ignorancia y la tiranía para construir un mundo mejor para la sociedad.
CULTIVO, como ejemplo de cultura, pretende ser un semillero de acciones sociales y estéticas que respondan a los desafíos que como colectividad afrontamos hoy: no sólo la escasez de alimentos y el inminente deterioro de nuestro planeta, sino también la preocupación por nuestra soberanía alimentaria, con la emisión de leyes y decretos a las semillas por parte de los gobiernos.
Es importante destacar la importancia de la semilla, que debe ser entendida como la fuente de la vida. Vandana Shiva (2012) lo enuncia de la siguiente manera: “La semilla es la fuente de la vida, es el deseo de la vida de expresarse, de renovarse, de multiplicarse, de evolucionar libremente a perpetuidad. […] la semilla es el primer eslabón de la cadena alimentaria”. En este punto de nuestra evolución podemos comprender que la vida comienza con una semilla, sin semilla no hay alimento y sin alimento no hay vida.
Son urgentes las acciones sociales y artísticas que mantengan y defiendan a las semillas, pues:
Las semillas son parte esencial de la vida de los pueblos indígenas y campesinos. Sin ellas nuestro planeta se convertiría rápidamente en un solo gran desierto. Sin semillas tampoco sería posible la agricultura, ni todo lo que ella nos entrega. Estos hechos fundamentales han sido comprendidos por pueblos del mundo entero desde miles de años atrás hasta nuestros tiempos. Por lo mismo, proteger las semillas y permitir el acceso a ellas ha sido una norma fundamental a través de culturas, ideologías, religiones, clases sociales y visiones de mundo. (Montecinos, Amicus curiae, 2012)
Partamos nuevamente de la concepción primaria y etimológica de cultura, que es de donde surge CULTIVO y, en pos de cultivar el espíritu, volvamos a la acción, ahora poética, de cultivar la tierra, y volvamos más atrás a pensar en el cuidado de los campos, donde guardar, salvar y reservar las semillas es una acción poética movida por un replanteamiento de los valores que hasta ahora han marcado la pauta de la evolución humana. Estos valores, aplicados al proceso urbanístico, requieren, entre otros muchos cambios, y en palabras del custodio Tiboche (2015), «un proceso social que exige que las semillas no sean consideradas como una vil mercancía por el capital», sino que sean honradas con respeto hacia la vida que albergan y nos proporcionan.
Teniendo en cuenta que, en esa acción y en ese proceso, los conocimientos y prácticas asociadas al cuidado general de las semillas —que hacen posible que estas germinen y se transformen en plantas y alimento— son tan esenciales como las mismas semillas, podemos afirmar que las semillas son transmisoras de cultura y su viabilidad solo es posible en conjunto, en mutua colaboración con el conocimiento campesino.
Esta es una muestra orgánica con intereses de crecimiento exponencial, en la medida en que su impacto debe generar tantas repercusiones como ideas tengan sus destinatarios. En la búsqueda de un arte comprometido, y con la certeza de que el mismo implica una contribución a la transformación social, hoy más que nunca se hace totalmente necesaria la apertura del arte hacia la acción contundente. Apremian labores que respondan a necesidades actuales y reales, que conmuevan a la comunidad y la inciten a actuar; algo que consideramos válido para cualquier comunidad, y que, por supuesto, deseamos se concrete en Bogotá, nuestra urbe en expansión.
Esta exposición coincide, desde todos los puntos de vista, con los ejes del Plan Decenal de Cultura (2012-2021) en el campo de las prácticas culturales, y su base está en el cruce entre la labor fundamental de cultivar y su reflexión artística en el contexto actual del mundo y del arte. Hacemos uso de la particularidad de la comunicación estética que, a diferencia de la comunicación cotidiana, posibilita detenernos en el objeto de nuestra atención y exige que miremos cuidadosamente para poder interpretar los códigos del mensaje y su resignificación.
Exhibir las semillas en su estado latente, tentando a su proceso de germinación hasta convertirse en nuestro alimento, es la excusa para visualizar una necesidad de cambio con perspectivas de sostenibilidad que transformen imaginarios y patrones culturales. Una muestra de “arte” debe permitir tal transformación.
CULTIVO, en particular, está constituida por conceptos de ayuda mutua, en donde la asociatividad y la solidaridad son el abono del terreno para la siembra de tales semillas. Terreno para re-conocer, apropiarse y respetar las diversas prácticas culturales en torno al alimento, así como para fomentar el patrimonio cultural de los habitantes del territorio Techotiba (localidad de Kennedy). Este es un incentivo más que necesario para su construcción colectiva de convivencia, solidaridad, participación y ciudadanía.
La necesidad de vivir (alimentarnos) nos convoca a todos —como comunidad— a participar, a generar, a sembrar, a cuidar, a cultivar, y comprobar, a través de esta muestra, que generar un CULTIVO es una actitud que puede suscitar un cambio, y con el cambio germina una cultura diferente.
Esta exposición es consecuente con el objetivo específico del Plan Local de Arte, Cultura y Patrimonio de la localidad de Kennedy, que busca «fortalecer las condiciones para que el ejercicio de las prácticas del subcampo de las artes sea amplio, diverso, incluyente y accesible de modo que consoliden a la localidad de Kennedy como un escenario de y para las artes».
Consideramos importante que las personas de la localidad perciban que el arte se ocupa de cosas que les son propias y de asuntos que tienen que ver profunda y esencialmente con sus vidas. Queremos que sean conscientes de que, en la misma proporción, el arte puede tener el poder para cambiar la forma de concebir lo que les atañe directamente y, por tanto, su acción puede influir en el ambiente y trasformar su entorno.
CULTIVO construye una plataforma de acción y germina un árbol conceptual para pensar el campo artístico como práctica social en la que diversos agentes sociales, que trabajan en áreas y dimensiones diversas, logran formular de manera integral y transversal intervenciones públicas en el ámbito cultural, estableciendo condiciones para el ejercicio efectivo de los derechos culturales que promueven las políticas culturales distritales: «Para nuestros propósitos es necesario mencionar el giro radical que marca el paso de una noción del arte y la cultura como objetos para la apreciación, la exhibición y el consumo, a una que los considera como prácticas sociales» (Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Políticas Culturales Distritales 2004-2016).
Ser Jiménez
Bogotá, abril de 2016.
Metas
PROYECTO CULTIVO: Reflexiones sobre el momento del arte y el alimento. Conversaciones acerca de las prácticas de agri-cultura urbana. (Acción o efecto de cultivar, hacer crecer lo vivo, desarrollar el conocimiento, el talento y el saber).
SEMILLERO: Organización de Talleres de Creación. Ejercicios de trueque, intercambios y préstamos. (Preparar áreas y acondicionarlas especialmente para colocar las semillas con la finalidad de producir su germinación con las mejores condiciones y cuidados. Exponer labores. Las labores culturales comprenden un conjunto de actividades conexas con las agrícolas que se realizan desde la siembra y continúan durante la germinación hasta el trasplante al lugar definitivo. Estas labores son: riego, control de malezas, control de plagas y control de enfermedades).
GERMINACIÓN: Observación del milagro de la vida. ¿Qué es necesario para lograrlo? La búsqueda y gestión de los factores necesarios para la óptima germinación de las semillas, y seguir cultivando. (Para que la germinación pueda producirse son necesarios algunos factores externos, como un sustrato húmedo, suficiente disponibilidad de oxígeno, y una temperatura adecuada para los distintos procesos metabólicos. Además, la latencia de germinación puede requerir determinados estímulos ambientales como la luz o bajas temperaturas, o que se produzca un debilitamiento de las cubiertas seminales. También contribuye el clima del lugar en el que se encuentra el cultivo. Es importante, conocer y controlar las plagas que puedan atacar a la futura planta. Si se va a producir germinados para consumo humano, han de tenerse en cuenta factores muy importantes: higiene de las semillas, agua, medio ambiente en el cual van a desarrollarse).
COSECHA: La exposición tiene que cosechar frutos de los encuentros sociales entorno a la mesa y el alimento, seguir haciendo crecer CULTIVO para replicar y propiciar su continuidad. (Es el trabajo manual más intenso durante la época de recolección. El término cosechar, en su uso general, incluye también las acciones posteriores a la recolección del fruto propiamente dicho, tales como la limpieza, clasificación y embalado de lo recolectado, hasta su almacenamiento y su envío al mercado de venta al por mayor o al consumidor).
Textos consultados:
- AMICUS CURIAE, Camila Montesinos, 2012.
- Declaración de las semillas libres, Vandana Shiva, 2012.
- DIAGNÓSTICO LOCAL DE ARTE, CULTURA Y PATRIMONIO. Localidad Kennedy, Documento de Trabajo. Por Ana Omaira Albarracín Álvarez, gestora local de cultura de Kennedy. Septiembre de 2011.
- Las semillas, patrimonio de los pueblos en manos de los agricultores: acciones sociales para enfrentar el colonialismo corporativo de las semillas en Colombia. PDF descargable para libre uso.
- PLAN DECENAL DE CULTURA BOGOTÁ D.C. 2012-2021.
- PLAN LOCAL DE ARTE CULTURA Y PATRIMONIO LOCALIDAD DE KENNEDY.
- Políticas Culturales Distritales 2004-2016. Instituto Distrital de Cultura y Turismo. 2a edición revisada. Bogotá, IDCT, 2005.
- UNA MIRADA A LOS RESERVORIOS DE SEMILLAS. Desde el Territorio Techotiba. Una experiencia. Por Luis Eduardo Tiboche S. Custodio de Semillas. Octubre de 2015.
Obras expuestas:
- Montaje y presentación del RESERVORIO DE SEMILLAS DE TECHOTIBA (2003-2016)
Por Luis Eduardo Tiboche, Juliana Cepeda y Ser Jiménez.
NENDO NANGO. Semilla que camina (2016) - Instalación Efímera y acción de reforestación participativa.
Por Juliana Cepeda y Ser Jiménez - El olor de la guayaba (2016)
Instalación in-situ, Dimensiones Variables
Por John Nomesqui - Kikuyos, Hemos sido bendecidos con obras (2013)
Dibujos en tinta y semilla de pasto.
Por John Nomesqui - Raíces de la tierra y Sembrador (2012)
Carboncillo sobre tela
Por José Ismael Manco Parra - Canto de las habas (2010)
Carboncillo sobre MDF
Por José Ismael Manco Parra - Huertas Urbanas, espacio para la memoria (2015)
Fotografía, semillas y plantas medicinales.
Por Catalina Villamizar - Participación y Colaboración
SLOWFOOD Bogotá